
Mi paciente se volvió mi esclavo y me a encantado de su ama
Sin mucho más que decir, el hombre me quitó las sandalias, olió primero la derecha y luego la izquierda. Las puso en el suelo y comenzó a tocar mi pie izquierdo, mientras que olfateaba mi pie derecho.
Me encantó ver a un hombre formal y bien vestido humillándose a mis pies.
Después de olfatear bien, sentí su lengua deslizarse por mi empeine, bajó por mi talón y llego a la planta. Ahí, sentí su saliva espesa recubriendo toda la planta de mi pie. Ahhh qué increíble sensación.
Tras recubrir toda mi planta, comenzó a chupar mis dedos, desde el meñique hasta el pulgar, cubriéndolos completamente de su espesa saliva, cuando chupaba mi pulgar y el espacio entre éste y el índice, apoyé mi pie izquierdo en su pecho y comencé a buscar sus pezones por encima de la camisa.
Sentí su pezón derecho y comencé a pellizcarlo con el dedo pulgar e índice. Note como gimió un poco y su pene se estremeció.
Fascinante, nunca me había sentido con tanto control en el sexo.